EL TIEMPO EN ESTEPA

EL TIEMPO: PREVISIÓN METEOROLÓGICA PARA ESTEPA

martes, 15 de febrero de 2011

LA MÚSICA Y LA SEMANA SANTA
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La enorme importancia que tiene la música en el acompañamiento de los pasos procesionales de nuestra Semana Santa, es evidente.
Los hermanos cofrades, de alguna manera, por estas fechas comienzan ya a experimentar esas sensaciones que sólo quienes son cofrades sienten en lo más hondo de su espíritu: los ensayos, presentaciones de discos, conciertos, certámenes de bandas etc. se prodigan, y a ellos asisten gran cantidad de seguidores.
Se inicia ya la espera impaciente; el cofrade sueña, va viendo acercarse lentamente los días en que se celebra la Cuaresma y la Pasión de Cristo, y la música y sus sones de marchas procesionales nos sirven de preámbulo a ese período de espera.
Melodías fúnebres o de Capilla, para acompañar la tristeza que nos transmiten las imágenes de los Cristos crucificados o yacentes; música de bandas que tras los pasos de palio llevados por recios costaleros con suaves cadencias, dan elegancia y cimbreo al compás de sus varales y bambalinas, con marchas dulces y armoniosas que intentan suavizar, aminorar la triste pena que por el Hijo, llevan en el rostro y en su corazón de Madres, las vírgenes dolorosas.
O esa música interpretada por magistrales bandas de Cornetas y Tambores, compuestas por músicos que con sus esfuerzos y voluntariedad, con el aire que impulsan sus corazones hacen llorar a las cornetas y a los demás instrumentos, que en sus quejidos dejan sonar armoniosas notas y solos de cornetas, que parecen filigranas que se enredan en el aire.
Músicos que con sus manos transmiten a los palillos los bellos redobles que salen de los parches, haciendo gritar a los tambores tristes lamentos, por las escenas de dolor que podemos ver representadas sobre los pasos de nuestra Semana Santa, que ellos van anunciado con sus sones.
Así es nuestra tierra andaluza. Las tristes escenas de dolor y Pasión que representan los pasos de Semana Santa, se alegran o mitigan con la música.
Y de las gargantas de gente anónima del pueblo -ante la imagen de un Cristo o de una Virgen Dolorosa-, salen esas saetas que son oraciones que el andaluz ha hecho cante, y de esa forma lo expresa, cuando se debería llorar de tristeza; pero la paradójica grandeza de esta tierra es así.
Andalucía es así: canta su alegría llorando, y llora su tristeza cantando.

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