EL TIEMPO EN ESTEPA

EL TIEMPO: PREVISIÓN METEOROLÓGICA PARA ESTEPA

lunes, 30 de noviembre de 2009

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DÍA 11 DE ABRIL DE 1462:
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“LA BATALLA DEL MADROÑO”
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ENTRE CRISTIANOS DE LA FRONTERA,
Y MOROS DEL REINO DE GRANADA
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(Tercera y última parte)


Quedó la segunda parte del relato en la huída de los musulmanes derrotados camino de Antequera, hasta ser alcanzados y vencidos. Después, las tropas cristianas regresaron al lugar de la batalla y allí mataron a muchos moros que hallábanse escondidos entre los muchos madroñales que había en aquellos terrenos de la sierra.

Esta es la sierra del Puntal o de Peñarrubia en cuyas laderas se dio la "Batalla del Madroño", llamada así por el gran bosque de madroñales que había en ella.


Y así todos los enemigos muertos y vencidos, las tropas del marqués de Cádiz recogieron los despojos de la batalla, y dicen que tomaron muchas cosas, entre ellas caballos con sus ricos jaeces, cautivos y bastantes joyas de valor. Pero algo que tomaron de un gran valor para ellos, fue el estandarte del rey moro que era muy ricamente labrado de oro y seda, además de otras enseñas de nobles y principales caballeros granadinos, entre los que hallaban el Aliatar y los de la familia de los Abencerrajes.
Cuando se disponían a tomar el camino de regreso a Marchena, un poco antes de la puesta del sol, un peón que estaba escondido, salió para hablar con el marqués don Rodrigo Ponce de León, y le dijo que él había visto tropas escondidas en una quebrada, y a su parecer, debían ser unos trescientos cincuenta caballeros moros, que atacaron matando e hiriendo a unos doscientos hombre de infantería que venían desde Écija en socorro del marqués y no pudiendo llegar a tiempo, se habían escondido en la maleza.
Dejaron allí las tropas y dicho peón les llevó hasta la quebrada donde se hallaban ocultas las tropas moras. El marqués mandó a Luís de Pernia con cien caballeros y dos trompetas para que fuese a rodear la quebrada, y así lo hizo. Y nada más llegar, mandó tocar las trompetas y se lanzó contra ellos al ataque.
Los moros peleaban muy bravamente, y el joven marqués con gran rapidez, se dejó caer por la quebrada abajo con gran griterío por parte de sus soldados, y dicen que era tanto el ruido de los gritos, las trompetas y los atabales, que era una cosa digna de verse.

La Autovía A-92 que va desde Sevilla a Málaga-Granada-Almería, discurre por las faldas de estas montañas donde se dio la batalla. Dicha sierra está en el centro del triángulo formado por las localidades de Estepa, Casariche y La Roda de Andalucía, en la provincia de Sevilla.


Cuando los árabes granadinos vieron el estandarte del marqués y la avalancha de tropas cristianas que se les echaba encima, se desanimaron tanto, que casi todos ellos cayeron muertos o prisioneros.
En esa lucha, tomaron los despojos y otra bandera a los vencidos, y volvieron al sitio donde quedaron los peones con la cabalgada, con gran alegría de todos por los pocos muertos y heridos que hubo en sus filas.
“Y delos moros fueron muertos mas de dos mill cavalleros y de los peones mas de çinco mill syn otros muchos feridos y cautivos. Entre los quales murieron çiertas cabeceras y onbres muy principales del reyno de granada. E ally reposo aquella noche. y descansaron y ovieron mucho plazer. Ca commo quier que grande trabajo oviesen pasado asi el marques commo toda su gente nonlo estimavan en nada en comparación dela grand victoria que dios les avia dado. E ally consintió el marques quele curasen su braço. Conel qual syn dubda firio y mato asaz moros. E mando que curasen de todos los otros feridos que ay estavan ca eran pocos y syn ningund peligro”.
Al día siguiente muy temprano, don Rodrigo Ponce de León y Luís de Pernia al mando de unos soldados, volvieron al lugar en el que el día anterior habían guerreado haciendo una gran matanza, y aún encontraron a muchos caballos sueltos, y algunos moros que habían salido de sus escondites en las breñas y los madroñales, a los que mataron y prendieron.
Después, antes de emprender el viaje de regreso, el marqués mandó a dos criados suyos para que con toda rapidez se adelantaran llevando las noticias de la victoria a su padre que se encontraba muy enfermo en Marchena, pero este, nada más conocer la buena nueva, mejoró mucho de sus dolencias y mandó hacer un gran recibimiento a su hijo y a las tropas que con él venían, que se hallaban ya sólo a una legua de Marchena.
“Easi entro el marques por la villa de Marchena con mucha honra y ricamente aconpañado con muchas tronpetas y atabales. Su estandarte tendido delante y la vandera del rey moro y las otras quatro señas todas en pos dela suya todos con muy grand gozo y alegria. dando muchas graçias y adios por el vençimiento quele avia dado contra los moros enemigos dela santa fe catolica. E luego se fue derecho aver al conde don juan su padre. Y conel sus hermanos y otros cavalleros y el su buen alcayde luis de pernia”.

Al día siguiente el marqués mandó repartir los caballos y toda la presa que habían capturado a los moros, entre caballeros y hombres de infantería, dando a cada uno según quien era, de forma que todos quedaron muy contentos, y así se despidieron y marcharon cada uno a sus casas.
“Y el conde y don rodrigo ponçe de leon su fijo ficieron muy grandes mercedes al alcayde y buen cavallero luis de pernia. E despidiose dellos y fuese asu casa ala villa de osuna. Y desta grand victoria y vençimiento que don rodrigo ponçe de leon ovo contra los moros fue fecha enel andaluzia muy grand gozo y alegria.
E el rey don enrique quando lo supo recibió grandisimo plazer y dio muchas graçias adios por la grand victoria que avia dado el marques de cadiz don rodrigo ponçe de leon. Al qual el rey mucho amava. Y de alli en adelante creçio mucho la honra y fama deste noble cavallero”.

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